Jul 31, 2004

Inoperante

"Soy esa bruja inoperante a quien enajena su propio brebaje, y cae prematuramente en brazos de uno, de millones de sustitutos"
- Tita Valencia (Minotauromaquia)

Jul 30, 2004

Relecturas

Leo.

Releo.

Nunca tantas palabras
(y no son tantas)
habían dicho tan poco,
tan nada.

Todas esas palabrejas inservibles
que al final no sirven para nada:

siempre, tonto, feliz.


Jul 29, 2004

Mayo 5-6, 200?

Estoy tirando papeles a la basura y quise transcribir esto antes:

Para cuando acordé ya estaba parada en donde mismo. Te acabas de dar cuenta de que tienes la bolita en la manos. Ya la tenías, sólo que no te habías dado cuenta. Me da tristeza. Me da una profunda lágrima saberme otra vez al cien sin ser correspondida. Tardarme en decirte que sí jugáramos no era capricho. Lo que pasa es que me gusta concentrarme. Estar alc ien. Por eso soy tan indecisa, en todo. Porque no es "sí" al ahí se va. Porque la filosofía del ingezu nomás no. Por eso también soy tan selectiva. Con todo: amigos, proyectos, eventos, empresas, compras, amores. Me doy al cien, o eso intento. Para que por mí no quede. Y no puedo ser de otra forma. No me sale. Puedo decir que equis, que me vales hasta antes de darte el sí. Después ya no. Y me molesta tanto verte así, con esa cara de ¿abrumación? ¿aturdimiento? con la expresión del que dice: "yo no pedí este plato tan caro, no tengo con qué pagarlo". No se trata de eso, ¿no lo ves? ¿no lo viste? Nunca ha sido de pagar, de compensar, de estar a la altura. ¿De qué me serviría? Esta vez no esperé a que me dijeras que te ibas a quedar con la bolita mientras decides si quieres seguir jugando (ya sé, yo y mis metáforas).  Posiblemente ese vaya a ser mi error. Pero si me puedo ahorrar algo, va a ser el cafecito, la cita incómoda a las ocho de la noche para que me devuelvas la bola y me digas que ya no quires jugar. me voy con todo y mi bolita. Si quieres jugar otra vez, me avisas, a lo mejor yo todavía quiero. No tiene que ser para siempre, nadamás tienes que estar convencido de que quieres jugar. No voy a dejarte ganar, ni tampoco a competir contigo. Se trata sólo del gozo de sabernos en este proceso amoroso y lúdico de concoernos, emprender esta aventura juntos. Porque cada uno ha visto en el otro a un posible compañero de juego. Es todo. Lo único que te garantizo es que mientras esto dure, yo me voy a dedicar a lo nuestro, sin estar deseando la banca, o un tiempo fuera, o el partido de al lado. No se divierte uno a fuerzas. La tarea, el trabajo, otras cosas se hacen incluso cuando no se quiere. Esto no. ¡Esa es la belleza! A veces a uno le duele un poco abandonar la partida, o que el set se acabe. Pero pasa. Y no tiene nada de malo. Lo que sí no se vale es hacer trampa, estar sin querer, querer no estar. Te veo así y mejor no juego. Porque hasta ahora lo había disfrutado. Claro que ha sido un reto, un estire y afloje. Sobre todo, ha sido la magnífica oportunidad de conocerte, de saberte un tiempo mi playmate (va con y sin dobles intenciones). Para saber si podíamos seguir jugando nadamás. Cuando uno hace una pregunta, en lugar de una declaración, deja la puerta abierta para algo que no se conoce, algo que posiblemente no se quiera. Así es esto.
 
Lo leo y me doy cuenta de que muy bien puede servir de machote para cartas de despedida. Se me ocurren 2, 3 destinatarios posibles en determinados momentos de la vida.

Limpia

Me pregunto si podré hacer con las palabras lo que estoy haciendo con mi escritorio, me pregunto si será posible transmutar los recuerdos en todos esos objetos que no tengo empacho en perder para siempre.
 
De tal forma que "Eres una diosa" se vaya al cesto junto con las tareas nunca entregadas, y "Laura se sabe palabra, se desea palabra..." al triturador que está acabando con los exámenes que ya pasaron, y "madrugada de estrellas" y "descanso de cadera" y "qué curiosa cosa esta" se confundan con las hojas que esta mañana se llevaron al basurero y desaparezcan de una vez.
 
Y los recuerdos, los puedo transmutar cada uno en llave, arete, bolígrafo, mensaje, post-it y olvidarlo sin esforzarme. Voy a juntar todas estas llaves que traigo desperdigadas por allí: los besos de Michigan, y la cena de la Leche, y las docenas de llamadas, y las botellas de vino y las rebanadas de Brie, y los abrazos en el puente y los encuentros en los aeropuertos y los cientos de horas frente a la computadora y las lecciones de idiomas y las reseñas de cine y los cashews y los bailes bajo la lluvia y las lágrimas -sobre todo las lágrimas- y los cuadernos y los museos y las cenas deliciosas y las cervezas y los conciertos de jazz y los discos de jazz y las lecciones de medicina y los sustos y las carcajadas y las bufandas y los autores y los alumnos y las camas prestadas y las cremas verdes y las llantas ponchadas y los aretes naranjas y las listas de pendientes y los mensajes de celular y las carreteras mojadas y los retornos oscuros y las hamburguesas y los amigos prestados y las borracheras y los libros devueltos y las fotos inservibles y los apodos nunca dichos y los fusibles robados y las llamadas desesperadas y las noticias increíbles y los moretones en las rodillas y los boletos de avión y los dedos desconocidos y las mesas de madera rústica y las pacientas latosas y todo todo todo todo termina para siempre por perderse como las llaves, como los bolígrafos y los papeles importantes.

Jul 28, 2004

Posterior...

El desengaño, igual que el amor, sucede siempre después, en retrospectiva. Siempre pensé que lo pasado, pasado y lo bailado nadie te lo quita y etcétera. Pero me doy cuenta de que no. Me doy  cuenta de que el pasado también puede cambiarse. Que hacia atrás también hay jardines de senderos que se bifurcan. Cómo cambian las palabras, los gestos, las miradas que ya sucedieron cuando se descubre el engaño. Ahora ya no sé qué partes de mi álbum contigo no son apócrifas. ¿Cuáles de todas las palabras estas son de mentiritas? ¿Cuál de todos los amaneceres era falsificado? Mi detector de mentiras no funciona bien cuando lo pongo en reversa.  V0y a tener que desestimarlo todo por falsedad de pruebas.

Jul 27, 2004

Congratulations

Your ability to disappoint me never ceases to amaze me. 

Just when I think you are incapable of letting me down more, surprise!
you write adolescent break up letters.

Oh boy.

Jul 26, 2004

Perdones

Lo peor que puede pasarle al que no quiere perdonar,
 es que no le pidan que perdone.

Haber pulido y lustrado y abrillantado las tres palabritas venenosas

"No te perdono"
 

 
y que le salgan a uno con que "No te pido perdón porque...".

 

Jul 24, 2004

Orejas

¿Cuándo empezaron a parecerte tan desagradables mis orejas?
¿Por qué tardaste tanto?

Promesas

Dijiste primero que no había ninguna mujer.

 
Después, cuando lo pensaste mejor (cuando ya la habías conocido),
que cuando hubiera una (otra)  mujer me lo dirías.
 
Yo pensaba todavía entonces que eras íntegro, honesto.
 
Nunca dijiste que además buscarías el mejor momento.
La promesa no incluía avisar sólo cuando no hubiera muelas ni universidades de por medio.

 
Cobarde.

Jul 23, 2004

Desintoxicación

Es cierto.
Con cada palabra venenosa, con cada frase furibunda, con cada párrafo iracundo,
poco a poco me desintoxico.

Poco a poco intento desalojar el rencor y la amargura de mí.
Vaciarte de mí, ahora que te has vuelto un huésped incómodo, una presencia involuntaria.

Para empezar a amarte otra vez.

Jul 22, 2004

Mujeres

Me visitan esas mujeres. No me han dejado dormir anoche. Las mujeres en las que me he convertido. Las lesbianas, expatriadas que te han tirado en mis brazos sólo para que volvieras a escaparte. Me he convertido en ellas.

Jul 21, 2004

Hoy no

Hoy no quiero saber qué día es hoy.
Hoy ninguna botella de vino se va a destapar.
El brie se va a quedar guardado en su cajita dura.
Hoy no se va a escuchar ninguna melodía.
No habrá abrazos ni buenos deseos.
Hoy nada de nada.
Silencio, austeridad, olvido.
Fiesta me parece una palabra vulgar, inadecuada.
Sonrisas, amigos, compartir. ¿Qué es eso?
Guarden los regalos, devuélvanlos por favor.
Rompan las cartitas cursis, cancelen los envíos.
Hoy no quiero saber qué día es hoy.

Jul 20, 2004

Irresponsable

Me impresiona tu capacidad de auto-humillamiento. De flagelación superficial. De echarte culpas para poder ponerte a vivir como se te da la gana. Culpa, culpa, culpable. Si la asumo, si me asumo, si me sumo, entonces ya puedo merecer todo esto otro que tengo. No me lo compro ya. Imposible sentir pena por tí, pobrecito irresponsable. "Soy un..." más un adjetivo descalificativo te hace ganar muy a menudo comprensión, perdón, sonrisas excusadoras, besos arrepentidos. Ya no conmigo. Se te olvidó llevar unos libros a una casa ajena. Entregar recuerdos en territorio neutral. No tuviste tiempo. Estás muy ocupado aceptando premios y reconocimientos. Trazando planes de vidas compartidas. ¿Y qué? Nadamás no los entregaste. Nadamás postergaste unos días más la formalización de una decisión unilateral. El finiquito de nuestro librero. Se murió y te faltaba llevar el parte médico al registro.  So what. A quién le importa. Escribes "Sorry. Soy un irresponsable". Ja ja. Irresponsable el padre que no conoce a su hijo, que no le pasa la pensión alimenticia. Irresponsable la madre que olvida recoger a los niños del colegio. Irresponsable el estudiante que no hace la tarea. Irresponsable el funcionario que no se presenta a tiempo en la oficina. Tú no. Tú no tenías responsabilidades conmigo. ¿La tenías? Si la tuviste alguna vez nunca fue sobre los libros, sobre la devoluciones. Si alguna vez hubieras sentido deuda conmigo, ojalá hubiera sido para otra cosa. Para decirme, por ejemplo.  Para cancelar lo nuestro de alguna otra forma. "Tengo tus cosas para devolvértelas". Por favor. "Soy un irresponsable por no haberte llevado los libros". Y luego ni siquiera eso: "Sí he ido pero no había nadie". ¿Entonces? ¿Eres un irresponsable con excusa? También: "Vengo llegando de viaje, pero ahorita voy". Pobrecita víctima cansada que va a tomarse la molestia de recorrer dos cuadras más a todos esos kilómetros que acaba de viajar para ir a entregar libros y discos, repatriar los restos de una ilusión. Ya no importa, carajo.

Jul 19, 2004

Objetos.

Incapaz de volver a escribir tu nombre, me doy cuenta de que tampoco puedo pronunciarlo más. Se ha vuelto un vocablo ajeno, extraño, inservible. No me sirve ya para invocarte, para traerte a mí. No existe en estos labios. Me percato mientras intento contestar un correo electrónico insignificante. Cuando surges en una conversación y no atino más que a eludir, murmurar excusas y cambiar el tema. Todavía tienes objetos que me pertenecen. De las palabras y de las otras cosas que tienes y que me pertenecen no voy a escribir. Nadamás de los objetos esos que han vuelto a habitarme. Por fuerza y por promesa y no sé por qué razón. Libros y discos. Palabras y sonidos. Momentos todos. Porque los necesito de regreso, pero también porque no puedo permitir que acaben en un estante desconocido. Porque si los compartimos había una razón. Teníamos un librero común. Un espacio en donde guardar todas esas palabras que otros habían dicho mejor que nosotros. Hicimos un buen trabajo con los primeros inquilinos de esos estantes que nunca alcanzaron a existir. Tú tienes un nuevo proyecto, una nueva vida para amueblar. Yo estoy todavía empacando mis cosas. No puedo dejar nada atrás. No sé a dónde voy pero  quizás después no seré capaz de recuperarlo. Y no soporto la idea de que esos ojos que no conozco pero que tan hechiceros han resultado se posen algún día sobre mis líneas. Que los dedos que te recorren por las noches tomen las pastas gastadas y pasen las hojas que tu madre dobló. No puedo. Todo lo demás es tuyo.

Jul 18, 2004

Dolor.

dolor.


(Del lat. dolor, -ōris).


1. m. Sensación molesta y aflictiva de una parte del cuerpo por causa interior o exterior.


2. m. Sentimiento de pena y congoja.
 
(Real Academia de la Lengua Española)
 
 
¿Qué no se suponía que parte de tu  trabajo era evitar el dolor?
 



Jul 16, 2004

Como los corpiños.

No te atreviste a decírmelo ese día. Ni esa noche ni en ese auto ni por esos teléfonos. No te atreviste ni siquiera a escribirlo. Pero lo pensaste. Lo pensaste cuando me desahucié en la puerta de tu casa. Cuando diagnostiqué que me quedaba toda una vida sin el amor de mi vida. Como sin un riñón. Claro, no me iba a morir. Claro, sin un riñón, sin tí, se puede vivir.  ¿Pero se puede vivir? No me dijiste nada. Pensabas de seguro todavía en la película esa a la que entramos tarde y que yo no quería ver. Pensabas en que no habíamos comprado vino por mi culpa, por lo tonta que soy. Pensabas en el primer cheque que te acababan de pagar. Pensabas en las palomitas y en que  por fin te habían pedido que te lavaras para la cirugía y en tantas otras cosas. Y sé que también pensaste en el capítulo 93, y que mentalmente me auguraste un buen pronóstico y repetiste para tí mientras buscabas un pañuelo en la cajuela de tu auto estacionado frente al mío: "Claro que te curarás, porque vivís en la salud, después de mí será cualquier otro, eso se cambia como los corpiños". Pero no lo dijiste. No lo dijiste porque sabes que no es bueno prometer. Porque tu oficio es el de las malas noticias que disfrazan aciertos azarosos. El de las palabras prudentes que no deben dar esperanzas. ¿Por qué entonces me regalaste tantas alas antes? Se te olvidó desconectar al cuerpo después de haber matado al corazón.

Jul 15, 2004

Delirio Medioriental. Desorienlirio.

Yo no voy a ser otra de esas vírgenes suicidas. Yo no voy a conformarme con que el sultán (o quienquiera que seas hombre-vacío, muchacho-sin-olor, Rigoberto-farsante, señor-dice-mi-mamá-que-siempre-no, dedos-indecisos, doctor-inacabado) decida cortarme la cabeza. Yo voy a tomar lo único, lo último que me queda -claro, las palabras- y voy a salvar mi vida. Voy a ser Scherezade cada noche hasta que sean mil y una las historias que te cuento para ver si así puedo seguir viviendo.

Jul 14, 2004

Renuncio a la rebeldía

De una lectura alucinante de Lautriz en las últimas horas:

"...presencias inconmovible mi strip-tease anímico. Prenda a prenda, carta a carta, con admirable sentido previsor, acumulas en tus manos lo que un día pueden ser contundentes, irrefutables pruebas acusatorias. Porque, señor, no puedes negar que acechas, que esperas y casi deseas verme perder pie en las arenas movedizas de este show obligado. Esperas que raye en la locura, inventando la ficción amorosa. Esperas también que, habiendo ido demasiado lejos en el laberinto de mi propio monólogo, el oficio de hetaira no me salve de trastabillar, vacilar, caer en mi trampa y, presa de terror pánico, pierda todo sentido de orientación para terminar rebotando en muros contradictorios. Esperas - y acaso con deliete, puesto que en tu pasividad ni siquiera asumes la iniciativa de un repudio franco y total-, no es verdad, esperas que tanta injusticia gratuita acabe por exasperarme, por sacarme de quicio, por rebelarme.

Y así mi rebeldía te habría prestado un último servicio: estarías eximido de la culpa de liberarte de mí."

Valencia, Tita (1976)"Minotauromaquia [Crónica de un desencuentro]" México: Joaquín Mortiz(pp.32-33)

Jul 13, 2004

Privación

Lautriz sencuentra tras las rejas por palabricidio calificado en primer grado. Los tabloides hablan de un crimen pasional, de un ajuste de cuentas. Por la cantidad de ellas (de palabras) que murieron, hay quienes intentan enjuiciarla por crímenes contra la palabridad. Lo único que Lautriz ha podido decir en un fallido intento de defensa ha sido "Es que las amaba demasiado".

Jul 5, 2004

Adiós.

Las palabras sin Lector- sin Amor- acaban por morirse. Lautriz no podía verlas agonizar de esa forma. Por eso mejor, las ha matado. Un poco como Medea, pero mucho como ella misma