Mar 14, 2010

espacio

Hay un pequeño espacio que tenemos. Un paréntesis que nos hemos construido sin decirlo ni planearlo. De vez en cuando pasa corriendo frente a nosotros. Cuando lo reconocemos volteamos a mirarnos de reojo por encima de la copa y contamos en silencio, cómplices: uno, dos...¡tres! Lo atrapamos al unísono. Cerramos cada quien la mano y es nuestro. Así pasan algunas horas. Nunca las suficientes. Siempre hay alarmas, citas, carreras. Otros lugares que ocupar. Hasta la próxima vez. Que puede ser al día siguiente o en un mes. No lo sabemos. Pero nos despedimos siempre como si fuera mañana. Cada quien toma la mitad de un hueco y se lo mete al bolsillo distraídamente. Lo guardamos, lo dejamos en el coche, entre las páginas de una revista, de un libro, en un cajón, junto al marcatexto y la pluma promocional. Un trique más, ese hoyar. Tu nariz en mi espalda, mi mano en tu pierna, y nos reímos. Nos reímos todo el tiempo cuando habitamos ese paréntesis ¿lo has notado? Me gusta eso. Recargar la cabeza contra la almohada y mirar arriba divertida y que me mires de regreso igualmente divertido. Nos gozamos sin pensar en las noticias de ayer ni el diario de mañana. En la penubra reconozco la esquina de tu sonrisa y encuentro la mía reflejada en tus ojos. Nos volvemos a reír. Formulas una pregunta tonta para tener excusa. Ja ja ja. Tal vez sea todo lo que nos está permitido. El espacio que tenemos para reírnos entre paréntesis.