Jul 29, 2004

Mayo 5-6, 200?

Estoy tirando papeles a la basura y quise transcribir esto antes:

Para cuando acordé ya estaba parada en donde mismo. Te acabas de dar cuenta de que tienes la bolita en la manos. Ya la tenías, sólo que no te habías dado cuenta. Me da tristeza. Me da una profunda lágrima saberme otra vez al cien sin ser correspondida. Tardarme en decirte que sí jugáramos no era capricho. Lo que pasa es que me gusta concentrarme. Estar alc ien. Por eso soy tan indecisa, en todo. Porque no es "sí" al ahí se va. Porque la filosofía del ingezu nomás no. Por eso también soy tan selectiva. Con todo: amigos, proyectos, eventos, empresas, compras, amores. Me doy al cien, o eso intento. Para que por mí no quede. Y no puedo ser de otra forma. No me sale. Puedo decir que equis, que me vales hasta antes de darte el sí. Después ya no. Y me molesta tanto verte así, con esa cara de ¿abrumación? ¿aturdimiento? con la expresión del que dice: "yo no pedí este plato tan caro, no tengo con qué pagarlo". No se trata de eso, ¿no lo ves? ¿no lo viste? Nunca ha sido de pagar, de compensar, de estar a la altura. ¿De qué me serviría? Esta vez no esperé a que me dijeras que te ibas a quedar con la bolita mientras decides si quieres seguir jugando (ya sé, yo y mis metáforas).  Posiblemente ese vaya a ser mi error. Pero si me puedo ahorrar algo, va a ser el cafecito, la cita incómoda a las ocho de la noche para que me devuelvas la bola y me digas que ya no quires jugar. me voy con todo y mi bolita. Si quieres jugar otra vez, me avisas, a lo mejor yo todavía quiero. No tiene que ser para siempre, nadamás tienes que estar convencido de que quieres jugar. No voy a dejarte ganar, ni tampoco a competir contigo. Se trata sólo del gozo de sabernos en este proceso amoroso y lúdico de concoernos, emprender esta aventura juntos. Porque cada uno ha visto en el otro a un posible compañero de juego. Es todo. Lo único que te garantizo es que mientras esto dure, yo me voy a dedicar a lo nuestro, sin estar deseando la banca, o un tiempo fuera, o el partido de al lado. No se divierte uno a fuerzas. La tarea, el trabajo, otras cosas se hacen incluso cuando no se quiere. Esto no. ¡Esa es la belleza! A veces a uno le duele un poco abandonar la partida, o que el set se acabe. Pero pasa. Y no tiene nada de malo. Lo que sí no se vale es hacer trampa, estar sin querer, querer no estar. Te veo así y mejor no juego. Porque hasta ahora lo había disfrutado. Claro que ha sido un reto, un estire y afloje. Sobre todo, ha sido la magnífica oportunidad de conocerte, de saberte un tiempo mi playmate (va con y sin dobles intenciones). Para saber si podíamos seguir jugando nadamás. Cuando uno hace una pregunta, en lugar de una declaración, deja la puerta abierta para algo que no se conoce, algo que posiblemente no se quiera. Así es esto.
 
Lo leo y me doy cuenta de que muy bien puede servir de machote para cartas de despedida. Se me ocurren 2, 3 destinatarios posibles en determinados momentos de la vida.