Feb 6, 2009

ciudad

Anoche volví a soñarte. Últimamente, un montón. Seguro porque no estás. Tu presencia era más bien tangencial. Estaba tu ciudad. Yo, hospedándome en tu casa con una china y una española que no habían cabido en el lugar designado para todos. Todos, ausentes de este episodio onírico. Tu amigo, el negro, nos abría la puerta para que pudiéramos dormir. Arequipa y Santa Cruz, intersectando en el Parque Kennedy. Yo, la portadora de ese milagro urbano. Y cuando volviste, y te lo conté, sonreíste. Muy bien, ahora eres de acá. Como si hubiera encontrado la palabra mágica que me permitía quedarme.