Aug 31, 2004

Rota

Lo lamento, pero he de romper también esa promesa. Ahora que ya no quiero saber nada de tí (ocurrió más pronto de lo que predijiste), no voy a tener piedad de ese momento.

Aug 23, 2004

Untitled

Necesito escribirte a ti. No al personaje, no al lector, no al tú que existe todavía en mi cabeza. No a Lorenzo, a Rigoberto, no a Artemio ni a Juan Olmedo ni a Oliveira ni al dotor ni a ninguno de ellos. Disfraces todos. Necesito que me leas tú. Que me escuches tú. Porque el opuesto perfecto del amor no es el odio sino la indiferencia y hoy me encuentro suspendida de este lado de tu indiferencia y me cala hondo. ¿Por dónde empezar? Quisiera reprocharte tantas cosas. Quisiera pedirte cien mil explicaciones. Y la única razón por la que no lo hago es porque sé que no me aliviarán. Porque ya sé que no hay ninguna palabra que puedas decirme que me cure. Todavía no se inventa esa palabra mágica. Antes sólo tenías palabras mágicas para mí. Un día, de pronto, me borraste sin más de tus destinatarios. Sin decírmelo de frente. Creo que eso es lo que más me sigue doliendo. Que no lo hiciste como me hubiera gustado (y, lo sé, estás pensando cínicamente ¿cómo te hubiera gustado eh?). Todo entre nosotros fue siempre (o al menos intentó siempre parecer) honesto, sin tabús. Hablamos de todo. Aclaramos desde muy al principio. Las palabras eran el territorio natural para nosotros. Nos movíamos cómoda, deliciosamente sobre ellas. En inglés, en español, a veces en mi francés, a veces en tu alemán. Con metalenguajes y paratextos. Tu escribías bufanda y yo contestaba Rigoberto y todo estaba dicho. Yo escribía "creo que hay alguien" y tú me llamabas bildschön y no hacía falta nadamás. Entre risas nos dijimos palabras fuertes y entre lágrimas palabras suaves. Dices que qué difícil que las únicas palabras que quise recuperar de tí fueron las que no eran tuyas: los libros y los discos. Es mentira. Lo que pasa es que no he querido que me digas eso que ya ni vale la pena mencionar. Porque te tuve que preguntar. Porque me tuvieron que decir por otro lado. Y eso duele. Y lo único bueno de que haya sido así, es que te ahorraron el trabajo, te desembarazaste de la pena de dar la cara. Todo quedó dicho sin que tuvieras que hacerlo. Dijiste:"Tengo tus libros y quiero que tomemos un café" y, adivina perpetua de tus intenciones que se esconden tras las palabras, dije "Si es para decirme lo que ya conozco no quiero". Y fue todo. Hasta eso me tendrías que reconocer. Te lo hice todo fácil. Fácil que llegaras, fácil que te fueras. ¿Podías pedir algo más? Creo que ahí estuvo el mal. No te dí oportunidad de que pidieras. Todo lo entregué. ¿Cómo decía la frase esa de "el amor es dar lo que no se tiene a quien no es"? Debí de imaginarlo cuando te ví sin la barba. No estabas cambiando nadamás porque sí. Era una máscara. Lo sé ahora que veo que has vuelto a ser el mismo de antes. Lo que se tardó en volver a salir la barba, eso fue lo que te tomó terminar con la comedia. Te felicito. Clap, clap, clap. Ovación de pie al dramaturgo, director y actor de esta farsa perfecta. Le pedimos al respetable público que no se preocupe, que aquí nadie ha salido herido. Todo lo que usamos era de utliería. Excepto la barba, que ya para ahora mismo ha vuelto a crecerle a nuestro galán. Ha sido difícil, declaró en entrevista, pero todo sea por darle realismo al personaje. Y bueno, el corazón roto de la actriz del primer acto tampoco era de utilería pero... pero que nadie se preocupe por ella. De todas formas ya no va a necesitarlo si quiere tener una carrera en el teatro. Si quiere consagrarse como él. Telón.

Culpa

Quédate con la culpa que te corresponde, que ya yo tengo la mía. Guárdate las excusas, las explicaciones esas que nunca me diste. Me sobra suficiente culpa como para cualquier cosa que pudieras habier dicho: Te creí.

Te creí y en eso no tienes tú nada qué ver. Eso es culpa mía cien por ciento. Si fuera como tú, podría decir que necesitaba creerlo, que estaba sola, que me lo imaginé. Que el subconsciente, el inconsciente, los mecanismos de defensa, el positive reinforcement, la química, la física, la astrología, guarever. Hasta podría culpar a tus extraordinarias dotes teatrales y literarias. Qué bárbaro, qué buen actor (alguna vez creo que sí te lo dije, alguna vez tuve un pequeño momento de lucidez en la borrachera esa del enamoramiento), qué bárbaro, qué bueno con las palabras. Podría también culpar a los dedos esos expertos que eran capaces de desconectarme de la realidad. Pero no lo haré. Soy bastante mayor como para hacerlo. Sería parecerme demasiado a tí y eso, eso no lo soportaría.
La culpa es mía por haberte creído.

Aug 12, 2004

Negamiento

Me niego a dejar de escribir.
Me niego a escribir con amargura.
Me niego a desalojar a la amargura, me niego a perdonar.
Me niego, por supuesto, a dar por terminada esta escritura de ti.

Aug 6, 2004

Perdón

Voy a tener que pedir perdón a los que sí me quieren por esta necia obsesión con el que no me quiso.

Aug 4, 2004

Laura y Artemio

No sé porqué la lectora/autriz alguna vez pensó que esta vez las cosas serían diferentes. Ya en otro libro otro Artemio había probado que nunca podría ser de esa otra Laura. Ya en otro libro había otra Laura inteligente, mexicana francoavecindada que había sido dejada abrazando una almohada por el abandono del otro Artemio. Quién carajos se atrevería a pensar que una Laura (aunque fuera otra) podría al final ser otra cosa que la amante de un Artemio (aunque no fuera él).

Aug 3, 2004

Mujeres II

Julio 22

Pienso en ellas a veces. En las madrugadas de insmonio pienso en esas mujeres. En las mujeres en las que sin quererlo me he convertido. En las demás, en las pasadas. La muchacha esa que va a casarse a cambio de una patria mejor. Esas otras dos que también fueron tus mujeres, pero sin título, como yo y que luego descubrieron que les gustaban las mujeres. Ahora yo soy también ellas. A ellas, ¿a ellas también les dijiste que no querías que fueran tus amantes secretas? Están también esas otras que yo conozco. Las exiliadas, las que mejor han tomado sus cosas y se han largado lejos, como yo quisiera hacer. La pequeñota esa con la que quedaste mal. La única, según tú. Ya no es la única. Y luego, ella, la que te arrojó corriendo a mis brazos. La que sexilió en otro continente para que volvieras a ser uno, así, de hocico. Y yo. Aquí esperamos todas.

Aug 2, 2004

Explicaciones

A veces pienso que sí me debes una explicación.
A veces me explico que pienso que sí me debes.
A veces me debes el pensamiento de una explicación.
A veces deberías de pensar en darme una explicación.