Sep 19, 2005

mantequilla

Me contenta pensar que soy mejor amante. Por la mañana, cuando se baña mientras yo preparo el café y parto un melón. El agua se resbala sobre su espalda llevándose lo último de esa mujer por el resumidero. Cuando salga ella estará en la cañería, muy lejos del comfort de un plato de fruta y un vaso de jugo y tal vez un pan. ¿Quieres pan o cereal?, alzo la voz y sé que hoy quiere pan con mantequilla y mermelada, pero le doy tiempo de que crea que tiene opción. No lo sabe, pero el pan ya está en el tostador, esperando que él crea que ha tomado una decisión. Yo soy mejor amante, me contento, los dedos sobre el melón como otras veces sobre su piel. Hay un momento preciso en el que la pulpa cede si uno no tiene cuidado. Su cuerpo siempre termina cediendo, no tanto como el melón. Coloco el pan sobre un plato mientras él dice "pan con mantequilla ¿no?". Como la mantequilla y el calor. Así se disuelve sobre mí, eso no se repite. Ella será nueva, será otra, será lo que sea. Podrá ir todo lo que quiera, pero siempre vuelve. Aquí es donde termina viniendo. Seguro es bonita, qué más da. Vuelve a las tres de la mañana a oscuras, callado. Entonces ambos se tienden junto a mí, los respiro a ambos al tiempo que se desviste. La piel se acuesta, pide perdón. Paso un dedo sobre la espalda y se derrite. Me contenta saber que soy mejor amante.

Sep 12, 2005

de taquicardias y cosas peores

El otro día te ví, un poco como cuando me viste en el cine hace algunos años. No en la fila de las palomitas ni en la taquilla, ¿te acuerdas? Me viste en la pantalla con el mismo pull manga tres cuartos escotado que me puse hoy. Sin los lentes porque hace algunos meses me senté sobre ellos y no los llevé a reparar. Los mismos lentes con los que un amante alguna vez me dijo que me veía hermosa aunque yo no lo creí. Hoy no tengo lentes pero sí un amante que me dice bonita cuando me pongo una gorra de beisbolista para esconderle el rostro al sol. Te ví en la tele, en la promesa de una película que se va a estrenar en algunas semanas. Cómo me gusta el cine. Cómo te gusta el cine. Una noche de invierno en Chicago, perdido entre reseñas de cine comprendiste que teníamos algo. Esta película deberíamos de verla juntos, pienso mientras te veo en la pantalla. Han llevado al cine un guión que vimos representado una noche de primavera. ¿Te acuerdas? Me sorprendiste al salir del trabajo y me llevaste a ver la modesta representación estudiantil que un amigo tuyo había montado en un patio universitario. Tú y tus sorpresas. Me tomaste de la mano hasta la mitad de la función. Esa noche comimos chiles chipotles rellenos de queso de cabra. Te gustaron tanto como mi cuerpo más tarde, anunciaste. Dijiste "perdón por empezar sin tí" y tu carcajada era montón de monedas frías. El otro día te ví en la tele, en la promesa de una película que no vamos a ver juntos y te veías feliz, y me contagiaste. Nadie más nos entiende. Somos diferentes, como extraterrestres.