May 24, 2005

globales

En unos días más, cuando vuelva a Nueva York, no estarás ahí para recibirme. Cuando te llame para decirte ya llegué seguirá siendo larga distancia. La culpa la tiene la globalización. Es mentira eso de que el mundo se ha vuelto más pequeño. Se ha vuelto más común viajar, es todo. Las distancias están ahí, traicioneras. Te marchaste hace algunas semanas a visitar a tus padres en el caribe, en esa cruzada tan inspiradora para la que ni tú ni yo hemos tenido valor ni ganas. Heredamos el nomadismo misionero, pero se nos ha olvidado la cruzada, el evangelio. Vamos por los aeropuertos como de niños anduvimos en bicicleta por los barrios de nuestra infancia. No tenemos miedo porque nuestros padres oran por nosotros. Sí, me lo has dicho que te sorprende. Digo orar y no rezar, a pesar del colegio de monjas. Tus exnovias católicas decían rezar y no te habías dado cuenta lo mucho que te molestaba hasta que me conociste. Eso no importa ahora. Estás lejos. Pasarás el verano -nuestro primer verano- muy al sur, en el frío chileno de mujeres hermosas y alumnos despeinados. La culpa es de la globalización, voy a anunciar cuando hablemos por teléfono. También voy a pedirte que me traigas un par de libros y algunos cidís. Sería más fácil que me los copiaras, pero piensas que es ilegal. Piensas que la industria musical estaría siendo saqueada si yo pulsara importar en mi computadora blanca que no te gusta. Es tu dinero, allá tú. Entonces te ríes y me abrazas y dices que no me enoje, que me traerás música de allá abajo. When I go down there, dices y los dos nos reímos porque se nos ha ocurrido otra cosa. Pretendo que me ofendo. Leo tus pensamientos en los ojos. Va a retarme, dicen tus ojos. No, voy a regañarte. Es diferente. Voy a regañarte en mexicano. Voy a dejar de usar ese castellano correcto y neutral que uso en Nueva York, donde uno no puede andar tirando modismos por ahí, no somos todos iguales. A tí no te importa, no te importa que a veces no te entiendo. Que a cada rato tengo que preguntarte qué significa eso que acabas de decir. Pedirte que traduzcas a tus amigos cuando han tomado mucho vino y hablan todos muy rápido. Tal vez necesito leer más libros de tu país al sur, pero no sé.