May 23, 2005

buen amante

Todavía no sé si serás un buen amante. Es decir, todavía no sé si lo eres. ¿Eres buen amante? Esas cosas no se andan diciendo por ahí. Quisiera imaginarme que eres un amante excepcional, pero todavía no lo sé. Los hombres que hablan poco no han resultado ser tan buenos amantes. A veces, entre las sábanas, dicen cosas inadecuadas. No, no ofensivas, nadamás inadecuadas. Tampoco te voy a contar anécdotas de cosas que ya pasaron, estás como loco. Una noche, cuando hayamos terminado, cuando ambos hayamos tocado el gozo con el dedo gordo del pie, entonces es posible que me arranques alguna reminiscencia de un hombre pretérito, pero será todo. Decir cosas torpes en el lecho no tiene nada de malo, no vayas a pensar y luego te vayas a quedar callado. Pero no estoy hablando de eso. Tal vez, una cierta sensibilidad. Tú también escribes, como yo. Tú también les escribes obsesivamente a tus mujeres. Les hablas de las cosas que lees y de tu país al sur y de tu música y los poemas que sabes de memoria. Yo no sé ningún poema de memoria, pero no hace falta, porque habrás de recitar alguno una mañana, cuando yo no quiera despertarme. Entonces voy a sonreír con los ojos todavía cerrados, mirando el recuerdo de que has sido un buen amante. Eso es muy importante.