May 21, 2005

tercera

Esta vez es diferente. Como asomarse al aire ahí donde es redondo con los ojos abiertos. Esta vez todo es nuevo. Me la trajeron de Buenos Aires, una edición viejita, con la portada rara que no salió en otras partes. Usada pero sin trazos de las lecturas anteriores sobre las hojas. Tampoco yo habré de marcar las páginas numeradas. Lo estoy leyendo de otra forma, en el riguroso orden numérico progresivo de tal forma que al séptimo intento toco tu boca. Este libro no lo había leido nunca. Es la tercera copia que poseo. La primera se perdió entre México y Francia, tal vez en un tren, tal vez una maleta mal hecha, tal vez un amor abandonado del otro lado. La segunda, el antiácido del alma indispensable para las noches de insomnio. Leerlo tres veces por semana, en donde la mano azarosa diga. Cuatro párrafos y tirarlo de nuevo en cualquier parte. Anotarle alguna cosa, doblarle una esquina. Negarse a prestarlo. Esta vez es diferente. Este libro no lo había leido nunca. Esa mujer no soy yo y a ese hombre es la primera vez que lo miro. Qué hermoso libro con sus peces rosas y negros y las noches de vodaka barato y los tapices de los hoteles sucios y la lluvia que cae como duchas y los paraguas musgosos al fondo del abismo y el amor, esa palabra...