En un cuadernito de Anne Taintor (She liked imaginary men best of all), sobre una hoja en cuya esquina inferior derecha se lee: "and then she realized, they were all alike"), con la letra de Lautriz, circa verano 2004.
Qué fácil empezar otra vez y prometer otras cosas, o las mismas pero a otra.
Qué fácil que alguien te ame y te conozca tanto que puedas dejarla adivinar que no la amas, que no la habías visto nunca antes.
Qué fácil cerrar los ojos, o mirar a otro lado y no leer estas palabras.
Qué fácil agarrar una vida y meterla en una maleta y largarse a otra ciudad que no sea yo.
Qué fácil que sea mejor alquien más quien me lo haya dicho, que tú sólo hables para balbucear al teléfono y yo te lo haga todo fácil cubriéndome de invisibilidad digna.
Qué fácil tomar otro cuerpo, uno nuevo y pequeñito. Uno que no conoce los límites del poderío de tu cuerpo.
Y sí. Qué fácil. Eres bueno con lo fácil, te gusta lo fácil, todo se te da fácilmente. Y ya ves yo.