Sep 8, 2004

Enteración

Vuelvo involuntariamente a mirar el vidrio posterior del auto compacto azul que acaba de pasar en sentido contrario. ¿Por qué carajos hay tantos autos iguales en esta ciudad que cada vez es más insoportable? Sin darme cuenta alcanzo en la mañana la blusa café del bordado hindú y con ello vuelvo a permitirle a tus dedos nuevos que desabotonen una noche perdida de un invierno que no sucedió. Esquivo tu mirada en los ojos de un muchachito que no sabe que esconde la promesa de tu rostro. Voy por las calles buscando un atajo, una alternativa, un rodeo. Un camino que me lleve al deber sin tener que pasar por esas rutas que una, dos, mil veces recorrimos antes de detenernos en la estación ilusoria de la felicidad. Cada estúpida mañana, mirando el sol salir a mis espaldas por la misma calle por la que alguna vez tú y yo volvimos de la fiesta de los cuerpos, cansados y absolutos. Podridas de recuerdos inútiles, las arterias de mis caminos diarios.


A veces, cuando tú no te das cuenta, me entero de que yo sigo aquí.