Feb 5, 2005

sin función

Es posible que él también se haya avergonzado. No lo sé y no lo mencionó. Igual que tú. Incapaz, pero de otra forma. Me pregunto si seré yo. Si será a causa mía. La primera vez juntos, en ambos casos. La primera vez, imposible, en las dos ocasiones. Ahí se acaban las similitudes. Tú fuiste muy vocal. Me explicaste, te explicaste. Lo hablamos y nos reímos. Me pediste respeto, secrecía, piedad. Te lo di todo mientras hubo reciprocidad. Él no me pidió nada, ni me explicó ni nos reímos ni nada. En silencio, a oscuras. Sin música pero también con frío. Sin poder hablarlo, ni querer hacerlo. Muda frente a su cuerpo desconocido. Cómo hacer. No supe decirle que estaba bien, como a ti. No supe decirle que no importaba, pero no pareció necesitarlo. Más tarde, en la calle mojada (ah, también la calle estaba mojada) me describió lo que yo ya sabía con frialidad, como en automático. Dos eufemismos y la situación fue dicha. Dicha que no nombrada. No lo nombró. Tú sí, pero vamos, eso es lo que tú haces. Me pregunto cómo me afecta esto. Me pregunto qué piensa mi cuerpo enojado. Mi cuerpo no piensa, esa soy yo. Mi cuerpo malgastado, malquerido. Mi cuerpo mal pagao.