Oct 7, 2004

Lautriz lo ha decidido: El temblor puede quedarse en el cuerpo.
Ya no hará nada contra él. El temblor puede quedarse con el cuerpo, siempre y cuando deje de asomarse en las palabras. Lautriz se pone contenta ante su descubrimiento y escribe entonces encima de un sobre blanco con lápiz mientras conduce sobre el pavimiento mojado (es difícil escribir por la noche con el pavimiento mojado, pero de otra forma las palabras se escaparían):

"Quédate con el cuerpo, con las manos que se mueven sin control intermitentemente. El cuerpo es todo tuyo. Ya no me ocuparé de curarlo, de investigar qué le pasa, de llevarlo de un lugar a otro para ver si se le quita. No. No. No. Es tuyo, pero deja en paz a las palabras!! He dejado de luchar contra tí, temblor (¿será que tu verdadero nombre es dolor?), porque ya delimité tu zona franca. Nadamás ahí. Quédate con el cuerpo, al fin que ése no soy yo. Yo no estoy ahí pero en mis palabras, que de ahora en adelante ya no temblarán".