Sep 12, 2005

de taquicardias y cosas peores

El otro día te ví, un poco como cuando me viste en el cine hace algunos años. No en la fila de las palomitas ni en la taquilla, ¿te acuerdas? Me viste en la pantalla con el mismo pull manga tres cuartos escotado que me puse hoy. Sin los lentes porque hace algunos meses me senté sobre ellos y no los llevé a reparar. Los mismos lentes con los que un amante alguna vez me dijo que me veía hermosa aunque yo no lo creí. Hoy no tengo lentes pero sí un amante que me dice bonita cuando me pongo una gorra de beisbolista para esconderle el rostro al sol. Te ví en la tele, en la promesa de una película que se va a estrenar en algunas semanas. Cómo me gusta el cine. Cómo te gusta el cine. Una noche de invierno en Chicago, perdido entre reseñas de cine comprendiste que teníamos algo. Esta película deberíamos de verla juntos, pienso mientras te veo en la pantalla. Han llevado al cine un guión que vimos representado una noche de primavera. ¿Te acuerdas? Me sorprendiste al salir del trabajo y me llevaste a ver la modesta representación estudiantil que un amigo tuyo había montado en un patio universitario. Tú y tus sorpresas. Me tomaste de la mano hasta la mitad de la función. Esa noche comimos chiles chipotles rellenos de queso de cabra. Te gustaron tanto como mi cuerpo más tarde, anunciaste. Dijiste "perdón por empezar sin tí" y tu carcajada era montón de monedas frías. El otro día te ví en la tele, en la promesa de una película que no vamos a ver juntos y te veías feliz, y me contagiaste. Nadie más nos entiende. Somos diferentes, como extraterrestres.