Aug 9, 2005

compartir

Hoy leí un montón de cosas que me gustaría compartirte. No, no de los libros esos que se ponen en el librero compartido (tanta palabra prestada) y se discuten rico entre un beso, un cigarro (un cigarro mío) y un café (el tuyo sin azúcar). Leí cosas para compartirte de otra manera. Como si fuéramos un par de personas que. Me acuerdo de otro hombre. Un hombre que un día, antes de largarse a vivir su sueño sin mí, tuvo la decencia de despedirse. Fue y me miró a los ojos y me dijo que independientemente de todo lo demás (todo lo demás en esa época eran tal vez unos besos y unas cervezas y unas tardes acostados leyendo periódicos izquierdosos), le gustaba pensar que podíamos ser interlocutores en el futuro. Alguien con quien trabajar, discutir, rebotar ideas, me dijo. Después, pienso en otro hombre (tampoco eres tú). Uno con el que hice las paces antes de que se volviera un país de niebla y bruma. Descubrimos que podemos reírnos juntos después de todo esto, jugar una partida de backgamon, hablar sin arrepentimiento de los hijos que no vamos a tener juntos. Después pienso en ti. en esta mañana que me la pasé leyendo artículos que quería compartirte. Ideas que me gustaría saber si tienes. Eso no existe. Te fuiste así nomás. No sé si vamos a poder ser esas personas.