Jun 11, 2005

cicatriz

Rodilla izquierda, cara exterior. Rodilla izquierda, cara exterior. Memorizarlo, no olvidarlo. Cruzando la acera después del lunar del tobillo derecho. Anoche no pude dormir porque no la encontré. La cicatriz que tienes en la rodilla izquierda. Hoy sé que es en la rodilla izquierda y prometo no olvidarlo jamás. Anoche, cuando me dio sed y se me quitó el sueño. Anoche, cuando ya estabas dormida y no podías darte cuenta de mi angustia. No estaba. La cicatriz que conozco casi desde que existe. La primera vez que nos vimos llevabas una falda que te cubría las rodillas. Llevabas unos zapatos rojos y escandalosos que pasaron a segundo plano una vez que te sentaste. Entonces tu rodilla (ahora sé que es la rodilla izquierda) se asomó, accidentada y dolida. Quise preguntarte pero me detuve. Mi mujer me habría armado una escena cuando estuviéramos a solas de regreso en la que ahora es tu casa. Mi casa que te comparto porque te comparto la vida. No la querías. Decías que había fantasmas, que yo necesitaba estar solo en ella y limpiarla de los recuerdos de ella, la que me impidió que te preguntara sobre la rodilla. Alguien más lo hizo. Esa primera noche, que tan ajena me resultabas, algún otro te preguntó por lo de la rodilla. Jalaste la falda inútilmente y después diste alguna explicación. En algún momento del realto me miraste sin darte cuenta. Yo quería meter el dedo en la herida, asegurarme de que no se cerrara nunca. Anoche pensé que había desaparecido y estuve a punto de echarte de mi casa. De abandonarte para siempre como a ella, mi mujer.